jueves, 29 de mayo de 2008

PRIMERA PARTE


Recuerdas esa primera noche que me invitaste a tu casa?
Tenia poco tiempo de conocerte y en el cual nunca platicamos mas de quince minutos, ambas eramos tan reservadas, pero los mensajes eran tan claros como los que nos enviamos por celular. si era facinante sentirme amada sin que pronunciaras esas dos palabras que arruinan todo.

Tus detalles tan pequeños e insignificantes me ponían tan nerviosa, mis manos sudaban y mi corazón solo brincaba como un idiota adicto de tu presencia...... solo esperaba que la tarde caminara sobre la mañana entregando a la noche para poder verte.

Y de repente surge un pretexto para entrar a tu casa o para que me metieras a la misma no lo se solo se que esa noche me sentí obligada a tomar chocolate cuando quería café, pero fue mi culpa por no poder responder con coherencia tu pregunta, que tomas? tu cuerpo para arrancarle la ropa y bañarte con mi saliva, quise responder pero en lugar de eso dije da igual, y fue chocolate.

10 comentarios:

Gittana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gittana dijo...

Bienvenida ha este mundo del blog.

Una presentacion hermosa...

De haber sabido...

Rejog dijo...

..¿virgen concupiscente ó religiosamente ramera?

...

Nébula dijo...

Si tus ojos respondieran que su cuerpo, las palabras son lo de menos.

Besos

Williams dijo...

chocolate?....

Kali y su diario dijo...

¡YE! chamita con blog nuevo. gracias por pasar. Ya tengo el 9.

¿Así que chocolate he? porque no un beso.

blackeagle-italiano dijo...

Así actua a veces el cuerpo, no deja reaccionar como uno quisiera, impone la persona que esta frente a uno y la bebida, el lugar, etc. pasan a segundo lugar!!

Alexandrithaa dijo...

es verdad lo que dices, a veces la mente y la idea de lo que deberia responderse es mas fuerte de lo que pensamos y nunca podemos decir exectamente lo que sentimos o tenemos en mente...
de ser asi la vida seria mas facil

Catalina Zentner Levin dijo...

¡¡¡Wowww! Magnífico, Eedeha, un relato fascinante que arranca desde el primer tramo y no da respiro.
Sensualidad inquietante...¡el chocolate es mi perdición!

Azpeitia poeta y escritor dijo...

La fuerza de los relatos lo domina todo enhorabuena...